sábado, 26 de julio de 2014

Rubem Alves en sus palabras (I): el misterio de Dios

25 de julio, 2014

Rubem Alves ha iniciado su peregrinaje hacia la luz pero ha dejado una estela luminosa también, dominada por su búsqueda y diálogo poético con el misterio, con lo sagrado, con aquello que sin ser tangible permite a los seres humanos sobrevivir con la fuerza, el anhelo del deseo, con el sueño de que la vida, el mundo, pueda ser un mejor espacio para vivir. Teólogo de la liberación pionero, alumbró y deslumbró a quienes lo hemos leído y lo seguiremos leyendo. Vaya, pues, este pequeño homenaje en el que conviene más escucharlo a él, en esta primera entrega, hablar de Dios con esperanza desde el más profundo suspiro del ser en un periplo cronológico que permite apreciar la evolución de su pensamiento.

Donde el sonido de la tierra es grave, la política de liberación de Dios es firme y clara, y la vida estalla en una melodía polifónica en la cual todos los afectos terrenales, todos los placeres y alegrías mundanos encuentran su verdad y autonomía. La una no es real sin la otra; pero tampoco pueden confundirse. […]
El hombre es libre para charlar, para beber y comer, para estar inactivo en la contemplación pura, para gozar del juego del sexo, para divertirse [...] es liberado para el humor, que existe sólo cuando [...] no se toma a sí mismo demasiado en serio, cuando no se ve dominado por obsesiones mesiánicas acerca de su poder para crear historia. Es libre para bromear, para el arte, para la contemplación de la naturaleza. Debido a que la vida del hombre se halla arropada por la política de Dios, que abre el hoy a un nuevo mañana, el presente se vuelve libre para el hombre.
A Theology of human hope (1969) [Cristianismo: ¿opio o liberación?, 1973]

No consiste la fe en el conocimiento de que ahí, o allí, o en parte alguna, existe un ser que vive inmanente o trascendente, dentro o fuera del universo. Para la Biblia, creer en Dios significa lo mismo que creer que, a pesar de nuestra afirmación realista de la situación, algo nuevo e inesperado llegará súbitamente, cambiando de este modo por completo las posibilidades de vida humana y de plenitud.
Hijos del mañana (1972)

La teología es una actividad para aquellos que perdieron la unidad paradisiaca original, o para aquellos que todavía no la han encontrado. Es una búsqueda de puntos de referencia, de nuevos horizontes que nos permitan darle algún sentido a este caos que nos engulle. Es un intento de componer los fragmentos de un todo que ha sido destruido [...]
La teología es el intento del hombre por juntar los pétalos de su flor, que se ve continua y cruelmente destruida por un mundo que no ama las flores [...] Es una expresión del proyecto inconsciente y sin fin que es el corazón del hombre: la creación de un mundo con un significado humano. Es “el ego humano que lleva a cabo la búsqueda de un mundo de amor”, indica Norman O. Brown [...]
“Del paraíso al desierto. Reflexiones autobiográficas” (1974)

¿Por qué se ora? El creyente ora, si y sólo si, cree que, de alguna forma misteriosa, sus deseos son capaces de conmover una voluntad suprema, que permanecería impasible si la voz de la oración no fuese articulada. Ora porque cree que su oración tiene el poder para poner en acción una eficacia extra que no existiría si él permaneciera en silencio [...]
¿Se puede realmente orar cuando se confía totalmente en la Providencia divina? ¿No será el silencio tranquilo, comprensivo y confiado, la única actitud adecuada a la creencia de que todo ocurre en virtud de los designios misteriosos y bondadosos de Dios? [...]
Veo la oración como un lapso freudiano: un lenguaje reprimido y prohibido que, a despecho de la prohibición, se hace decir en el interior mismo del lenguaje que lo prohíbe. La oración nos informa que el rebelde aún no ha muerto. La conciencia aún no se ha inclinado, de forma total, a la Providencia. El alma todavía es capaz de expresar sus deseos, en oposición a la fatalidad.
Protestantismo y represión (1979)

Dios gana visibilidad y presencia en el cuerpo de Jesucristo, en el nacimiento, en los actos, en la muerte y en la resurrección de este cuerpo. ¿No será legítimo concluir que la manifestación de su Reino se presentará como el triunfo del cuerpo? [...]
¿Y el lugar de la teología? Forma parte de esta sinfonía de gemidos [Ro 8.22-23]: habla sobre Dios, que es la confesión de una nostalgia infinita, que brota de este cuerpo tan bueno y amigo, que puede sonreír, acariciar, plantar, tocar flauta, hacer el amor, entregarse como holocausto por aquellos a quienes ama y también hacer teología.
Teología: poesía del cuerpo, sobre esperanzas y nostalgias, pronunciadas como una oración.
La teología como juego (1981)

Yo no puedo apasionarme por un Dios que es él y ella al mismo tiempo. Yo me quedo muy confundido. Porque, si es él y ella, es hermafrodita. Mis sentimientos de ser humano son separados: cuando yo amo a un hombre, yo tengo amor por un hombre (mi padre, mi hijo, mis amigos); también yo amo a mujeres (mi hija, mi esposa, otras mujeres, mis alumnas), pero son amores distintos. Entonces mi objeción es que ese lenguaje me perturba eróticamente. Yo creo lo siguiente: que el lenguaje teológico es un lenguaje que debe expresar el pulsar del deseo. Yo diría: a veces yo deseo una mujer, y cuando mi deseo es por una mujer, entonces Dios es una mujer. Sólo mujer. No hay por qué poner hombre en medio. A veces mi deseo es por un hombre -un amigo, un hijo- y cuando mi deseo es por un hombre, es un hombre. No hay que poner mujer en el medio [...] Lo que quiero decir con eso es lo siguiente: el nombre de Dios es un misterio, en el cual cabe el mundo entero.
En entrevista con Elsa Tamez, Teólogos de la liberación hablan sobre la mujer (1986)

Padre...
Madre...
         de ojos mansos:
Sé que estás, invisible, en todas las cosas.
Que tu nombre me sea dulce,
la alegría de mi mundo.
Tráenos a las cosas buenas en que encuentras placer:
                   el jardín,
                   las fuentes,
                   los niños,
                   el pan y el vino,
                   los gestos tiernos,
                   las manos desarmadas,
                   los cuerpos abrazados...
Sé que deseas darme mi deseo más hondo, deseo que olvidé...
Pero que tú no olvidas nunca.
Realiza pues tu deseo para que yo pueda reír.
Que tu deseo se realice en nuestro mundo,
de la misma forma como él late en ti.
Concédenos contentamiento en las alegrías de hoy: el pan,
                   el agua,
                   el sueño...
Que seamos libres de la ansiedad.
Que nuestros ojos sean tan mansos para con los demás como los tuyos lo son con nosotros. Porque si somos feroces no podremos recibir tu bondad.
Y ayúdanos para que no seamos engañados por los deseos malos, y líbranos de aquel que trae la Muerte en sus ojos.
Amén. […]

Quiero confesarte, Dios mío, que a veces lo que deseo no es el rostro de un padre, sino el cuerpo de una madre. Mi oración queda diferente, entonces, no sé si herética o erótica: “Madre mía, que llenas los cielos...”.
No, no sé si sea cierto. Sólo quería preguntar, para saber. Quería saber si tú eres lo bastante grande para albergar, en tu misterio infinito, un nombre de mujer... Pero hay una cosa que no puedo negar: este es el nombre que, a veces, surge de las profundidades de mi deseo... […]

Mi Dios:
No siempre está tu nombre en mi boca.
A veces me olvido de ti.
Y es bueno que así sea. Siento tu sonrisa de aprobación.
Hay ciertos olvidos que nacen de la confianza.
El celoso, que vive sin cesar la posibilidad de la pérdida, no olvida nunca... […]
Si Dios desea que tengamos placer en las cosas buenas que él nos da, hemos de olvidarnos de su nombre, para gozar de sus dádivas [...] El nombre de Dios desaparece como la madre que se va discretamente, para permitir que los ojos de su hija se depositen completamente en los ojos de aquel a quien ama.
Padre Nuestro. Meditaciones (1987)

Mi teología no tiene nada que ver con la teología.
Es un vicio.
Hace mucho que debería de haber dejado este nombre.
Y decir sólo poesía, ficción.
Que descansen los que tienen certezas.
No entro en su mundo y no deseo entrar.
Los jardines de concreto me dan miedo.
Prefiero la sombra de los bosques
y el fondo de los mares, lugares donde se sueña...
Allí habitan los misterios
y mi cuerpo queda fascinado. […]
Dios es el símbolo que marca una prohibición para hablar.
Donde se pronuncia se establece un gran silencio.
Y sobre él surgen las metáforas, que son un modo de decir lo que no puede ser dicho.
No podemos hablar sobre Dios, puesto que sólo podemos hablar sobre cosas humanas. Teología son los poemas que tejemos como redes sobre la nostalgia de algo cuyo nombre olvidamos.
¿Cuál de ellos es verdadero?
Los poemas no pueden ser verdaderos.
Pero deben ser bellos... [...]
La teología no es cosa de quien cree en Dios
sino de quien tiene nostalgias de Dios [...]
Soñamos con Dios
y el sueño interpretado deja ver los escenarios que existen en los vacíos de nuestra nostalgia (ocultos por la bruma del olvido). Y entonces nos volvemos poetas... […]
La teología no es una red que se teje para atrapar a Dios en sus mallas, porque Dios no es un pez, es el Viento que no se puede detener...
La teología es una red que tejemos para nosotros mismos,
para dejar en ella nuestro cuerpo.
Ella no vale por la verdad que pueda decir sobre Dios (sería necesario que fuésemos dioses para verificar tal verdad); ella vale por el bien que le hace a nuestra carne.
“Sobre deuses e caquis”, prólogo a Da esperança (1987)

Si uso la palabra Dios, es como metáfora poética: nada de conocimiento. No sé nada sobre Dios. Dios es una palabra que no significa nada, un poema que no pretende contener conocimiento. Un poema no vale por la verdad que supuestamente podría contener sino por la belleza que contiene. Así es, para mí, el nombre Dios…
Para eso necesito a Dios, para curarme la nostalgia. Así lo imagino: como un fino hilo de nylon, que busca mis cuentas perdidas en el fondo del río del tiempo y me las devuelve como un collar.
Lecciones de hechicería (2000)

Recuerdo, con precisión nítida, el momento en que tuve la percepción intelectual que liberó mi razón para pensar. Estaba en el seminario. Repentinamente, con enorme espanto, percibí que todas aquellas palabras que otros habían escrito en mi cuerpo no habían caído del cielo. Si no venían de allá, no tenían derecho a estar donde estaban. Eran demonios invasores. Se abrieron mis ojos y percibí que esa monumental arquitectura de palabras teológicas que se llama teología cristiana se construyó, entera, en torno de la idea del infierno. Eliminado éste, todos los tornillos lógicos se soltarían, y el enorme edificio se vendría abajo. La teología cristiana ortodoxa, católica y protestante –excepto la de los místicos y los herejes–, es una descripción de los complicados mecanismos inventados por Dios para salvar a algunos del infierno; el más extraordinario de esos mecanismos es el hecho de que el Padre implacable, incapaz de perdonar simple y gratuitamente (como todo padre humano que ama lo sabe hacer), mata a su propio Hijo en la cruz para satisfacer la estabilidad de su contabilidad cósmica. Queda claro que quien imaginó eso nunca fue padre. En el orden del amor, son siempre los padres quienes mueren para que su hijo viva.
Hoy, las ideas centrales de la teología cristiana en que creí no significan nada para mí: son conchas de cigarra, vacías. No tienen sentido. No las entiendo. No las amo. No puedo amar a un Padre que mata al Hijo para satisfacer su justicia. ¿Quién podría? ¿Quién lo cree?
Pero lo curioso es que sigo ligado a esa tradición. Hay algo en el cristianismo que es parte de mi cuerpo. Sé que no son las ideas. ¿Qué permaneció, entonces?
Fue un Viernes Santo cuando lo comprendí. Una estación de FM transmitía, todo el día, música de la tradición religiosa cristiana. Me quedé sentado, sólo oyendo. De repente, una misa de Bach, y la belleza era tan grande que me quedé poseído y lloré de felicidad: “La belleza hincha los ojos de agua” (Adélia Prado). Percibí que aquella belleza era parte de mí. No podría jamás ser arrancada de mi cuerpo. Durante siglos, los teólogos, seres cerebrales, se dedicaron a transformar la belleza en un discurso racional. La belleza no les bastaba. Querían certezas, querían la verdad. Pero los artistas, seres con corazón, saben que la más alta forma de verdad es la belleza. Ahora, sin la menor vergüenza, digo: Soy cristiano porque amo la belleza que habita en esa tradición. ¿Las ideas? Sibilancias de estática, en el fondo...

Así, proclamo el único dogma de mi teología cristiana erótico-herética: “Fuera de la belleza no hay salvación...”.
“Fora da beleza não há salvação...”, O Deus que conheço (2010)

viernes, 25 de julio de 2014

Entrevista especial con Rubem Alves


Oraciones por un mundo mejor, de Walter Rauschenbusch. Presentación de Rubem Alves


Rubem Alves é homenageado no Provocações


Rubem Alves é homenageado no Provocações

www.maxpressnet.com.br/Conteudo/4,689783,Rubem_Alves_e_homenageado_no_Provocacoes,689783,1.htm
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No programa, exibido originalmente em 2011, o escritor defende a criança como centro do universo educacional e questiona o sistema de ensino. No ar terça-feira (29/7), às 23h30, na TV Cultura.
O Provocações da próxima terça-feira (29/7) presta uma homenagem ao educador Rubem Alves, que faleceu no último dia 19. Em entrevista concedida a Antônio Abujamra em maio de 2011, o teólogo, psicanalista e escritor critica o sistema de ensino aplicado nas escolas, defende uma educação que favoreça o desenvolvimento da criança e comenta sobre o período em que foi pastor da Igreja Presbiteriana. O programa vai ao ar às 23h30, na TV Cultura.
A Educação que, nas palavras de Abujamra, anda tão “machucada”, foi o norte do trabalho de Rubem em vida. “Eu sou educador não por dar aula, eu sou educador por escrever”, disse ele. Responsável por publicações de crônicas, contos e ensaios voltados para o público infanto-juvenil, Rubem deixa claro que seu maior interesse está nas pessoas, porque são elas que buscam pela aquisição de conhecimento e, por isso, podem ser educadas.
Essa é a razão pela qual considera frustrante o sistema de ensino empregado nas escolas. “Os nossos programas seguem o modelo da linha de montagem: todos querem aprender a mesma coisa, no mesmo momento, na mesma velocidade”, comenta Rubem, cuja crítica é dirigida às grades curriculares: “A maioria das pessoas simplesmente aceita a grade curricular e os professores tem que dar o programa, mas muitos não se perguntam qual é a sua finalidade”. Uma solução proposta pelo escritor está na construção de um currículo que favoreça os talentos da criança, de modo que ela aprenda aquilo que lhe será útil na prática. “A criança é o centro do mundo do ponto de vista educacional”, explica.
Além de educador, Rubem Alves foi pastor da Igreja Presbiteriana. Sobre sua experiência na instituição religiosa, é bem categórico ao questionar certos comportamentos defendidos pelas igrejas, como o celibato. “Ela [a Igreja Católica] não muda. E esse é um dos problemas dela, essa dificuldade de aceitar que não foi perfeita, e que, portanto, pode mudar.”

Os releases da TV Cultura, TV Rá Tim Bum! e Rádios Cultura Brasil e FM estão disponíveis no portal cmais: cmais.com.br

Muerte de Rubem Alves: además de la literatura, un estudioso de la Teología de la Liberación

Adital
http://site.adital.com.br/site/noticia.php?lang=ES&cod=81622

Falleció el último sábado 19 de julio, en un hospital de la ciudad de Campinas, Estado de San Pablo, el escritor brasilero Rubem Alves, famoso por sus novelas, crónicas y ensayos. A pesar de ser más conocido como escritor, el minero [nacido en el Estado de Minas Gerais] Rubem Alves también era poeta, filósofo, cronista, contador de historias, ensayista, psicoanalista, académico, pedagogo, autor de libros infantiles y teólogo. Su legado intelectual suma más 160 títulos de ficción y no ficción publicados en 12 países, habiéndose convertido por esto en uno de los escritos brasileros contemporáneos más leído.

Alves estaba internado desde hace casi 10 días para tratarse de una neumonía y fue vencido por una falla múltiple de órganos. Alves, a los 80 años, deja una legión de fans y admiradores de sus obras.

Sobre su trayectoria como teólogo, Alves fue pastor presbiteriano y en la década de 1960 se convirtió en uno de los principales impulsadores de la Teología de la Liberación (TdL). En su abordaje, defendía la comprensión de que la TdL debería ser complementada por dos procesos: el psicoanalítico y el pedagógico.

El intelectual llevó su quehacer teológico a los estudios académicos en Estados Unidos y, en 1968, en la Universidad de Princeton, defendió la tesis de doctorado en Filosofía titulada "A theology of human hope” (Una Teología de la Esperanza Humana). En Brasil, la obra recién fue editada y publicada en el año 1987.

Por cerca de 40 años, Rubem Alves se alejó de los estudios de Teología de la Liberación por motivos que no acostumbraba explicar, incluso así continuó siendo considerado un impulsor intelectual de esa teología considerada revolucionaria. Entre sus obras fundamentales orientadas a este tema están "La Teología de la Esperanza” y "El Enigma de la Religión”.

Traducción: Daniel Barrantes - barrantes.daniel@gmail.com

jueves, 24 de julio de 2014

The ecumenical movement remembers Rubem Alves, 1933-2014

24 July 2014

By Theodore Gill (*)

The ecumenical movement remembers Rubem Alves, 1933-2014Rubem Alves of Brazil, one of the foundational thinkers behind Latin American “liberation theology”, died at the age of 80 on Saturday 19 July. This scholar, teacher, activist, psychotherapist and author is being commemorated by colleagues, former students, journalists and others, including heads of state. Brazilian President Dilma Rousseff hailed him on her Facebook page as “one of the most respected intellectuals of Brazil.”
Different admirers are recalling him from a number of perspectives. For some church members and ecumenical organizations, Alves is being remembered as one of the great educational innovators who helped hone Christian social ethics in light of the theology of liberation, and helped shape the field of ecumenical formation in partnership with theological institutions in North and South, as well as programmes of the World Council of Churches (WCC), the World Student Christian Federation (WSCF), SODEPAX and similar international bodies and conferences of the churches.
Alves once remarked, “Prophets are not visionaries who announce a future that is coming. Prophets are poets who design a future that may happen. Poets suggest a way.” In just this sense, Rubem Alves served as a poet and prophet aligned with the ecumenical movement in times of both turmoil and potential.
As a young student of theology at Campinas, Brazil in the 1950s, Alves joined a group of fellow seminarians “spending their summer vacation,” in his words, “as industrial workers in a factory in Vila Anastácio, São Paulo. The experience was inspired by the worker priests in France who stopped expecting that factory workers would come to church, and decided to meet them where they lived and worked.”
Through the 1960s, Alves alternated between service as a Presbyterian parish pastor and study as a graduate researcher in theology. During the military dictatorship, he was listed as one of the pastors sought by the military and so left to pursue further study outside Brazil.
He earned graduate degrees from Union Theological Seminary in New York City and Princeton Theological Seminary, also in the USA. Although he and the young Catholic theologian Gustavo Gutierrez were then working and publishing on what they termed the “theology of liberation”, these two thinkers did not meet until 1969 near Geneva at an ecumenical consultation of SODEPAX, the ecumenical joint committee on society, development and peace that was co-sponsored by the WCC and the Roman Catholic Church.

Philosophy, life and works of Rubem Alves

Alves is often credited with having informed the philosophy of SODEPAX, and particularly the ethical principles behind its approach to decision-making and social action. At the same time, he became involved as a participant in seminars and conferences convened under the auspices of Church and Society in Latin America (ISAL), a programme that had been strongly encouraged and augmented following the WCC Conference on Church and Society held at Geneva in 1966.
Through the WCC education office staffed by Brazilian educator Paulo Freire, ISAL and the WSCF, chaired from 1968 to 1972 by his former doctoral supervisor M. Richard Shaull, Alves became a figure well-known at international ecumenical conferences and symposia. This culminated in his 1979 presentation at the WCC Church and Society Conference on faith, science, technology and the future, held at the Massachusetts Institute of Technology in Cambridge.
After returning to Brazil, Alves became a university professor whose interests ranged from educational theory to constructive philosophy. His writing encompassed many fields, including books for children. He eventually added psychotherapy to his portfolio and established his own clinic.
The Rev. Sonia Gomes Mota, a minister of the United Presbyterian Church of Brazil and executive secretary of CESE, a Brazilian agency supporting human rights, justice and peace, knew Alves when she was a young girl and he was her pastor. Earlier this week, she recalled his role in her church:
“Rubem Alves was part of a group of pastors, male and female leaders, who reflected and organized different ways of being a Reformed church. This process led to the creation of the United Presbyterian Church of Brazil (IPU), now a member of the WCC. With his erudition, his ecumenical and social commitment, he helped draft the founding documents that are a basis of the IPU. He was not interested in giving us moral lessons or transmitting the absolute and indisputable truth. As a good theologian, philosopher and educator, he was more interested in making us think, reflect and question the immutable truths of theology and urged us to envision new possibilities and new ways of living our faith. Rubem led us to deserts and invited us to be gardeners and planters of hope.”
In later years, Alves would retain a pastoral and prophetic touch with the people he encountered, but his association with institutional religion became more reserved.
Following the death of Richard Shaull, the theologian and one-time WSCF leader under whom he had studied at both Campinas and Princeton, Alves composed a brief but heart-felt tribute that was published by the World Alliance of Reformed Churches in its journal Reformed World titled “Through the eyes of Dick Shaull” in September 2006. He depicted his late friend as a poet and a prophet who often fell out with people of influence in the churches. Alves wrote, “Prophets are cursed beings.”
He concluded the essay on his mentor’s passing in these words: “Now he is enchanted. He departed. Of course, I will plant a tree in his honour in my lonely little orchard, on a mountain top, at the side of a volcano, near the trees of other conspirators… In their silence, when no one is around, the trees will talk to each other.”

[933 words]

(*) Written by Theodore Gill, senior editor of WCC Publications in Geneva and a minister ordained by the Presbyterian Church (U.S.A.), with report from Marcelo Schneider, WCC communication liaison for Latin America based in Brazil.

***

EL MOVIMIENTO ECUMÉNICO RECUERDA A RUBEM ALVES, 1933-2014
Theodore Gill, Consejo Mundial de Iglesias
24 de julio de 2014

Rubem Alves, de Brasil, uno de los pensadores fundadores de la “teología de la liberación” latinoamericana, falleció a los 80 años el sábado 19 de julio. Este intelectual, profesor, activista, psicoterapeuta y escritor está siendo reconocido por colegas, estudiantes, periodistas y demás, incluyendo jefes de Estado. La presidenta brasileña Dilma Rousseff lo saludó en su página de Facebook como “uno de los más respetados intelectuales de Brasil”.
Admiradores diversos lo destacan desde múltiples perspectivas. Para algunos miembros de iglesia y organismos ecuménicos, Alves fue uno de los mayores innovadores ducativos que ayudaron a perfeccionar la ética social cristiana a la luz de la teología de la liberación, y contribuyó a moldear el campo de la formación ecuménica en compañía de instituciones teológicas en el Norte y en el Sur, así como los programas del Consejo Mundial de Iglesias (CMI), la Federación Mundial de Movimientos Estudiantiles Cristianos (FUMEC), SODEPAX y organismos afines, además de conferencias de iglesias.
Alves afirmó en una ocasión: “Los profetas no son visionarios que anuncian un futuro por llegar. Son poetas que diseñan un futuro que puede suceder. Los poetas muestran un camino”. En este justo sentido, Rubem Alves funcionó como un poeta y un profeta adscrito al movimiento ecuménico en tiempos de confusión y expectación.
Como joven estudiante en Campinas, Brasil, en los años 50, Alves se unió a un grupo de seminaristas que “ocuparon sus vacaciones de verano”, según dijo, “como obreros industriales en una fábrica de Vila Anastácio, en São Paulo. La experiencia se inspiró en la de los sacerdotes obreros franceses que decidieron vivir con los trabajadores y trabajar con ellos, en vez de esperarlos en la iglesia”.
Durante los años 60, Alves alternó su servicio como pastor presbiteriano y sus estudios como investigador teológico. En los años de la dictadura militar, fue incluido en una lista de pastores perseguidos por el gobierno, a causa de lo cual continuó sus estudios fuera de Brasil. Obtuvo grados en el Seminario Union de Nueva York y en el de Princeton. Aunque él y el joven teólogo católico Gustavo Gutiérrez trabajaban entonces el tema de la “teología de la liberación”, ambos se encontraron en 1969 cerca de Ginebra en una consulta ecuménica de SODEPAX, el comité conjunto ecuménico sobre sociedad, desarrollo y paz patrocinado por el CMI y la Iglesia Católico-Romana.

Filosofía, vida y obra de Rubem Alves
Alves ha sido reconocido con frecuencia como artífice de la filosofía de SODEPAX, particularmente sobre los principios éticos que fundamentaron su abordaje para la toma de decisiones en la acción social. Al mismo tiempo, participó activamente en seminarios y conferencias bajo los auspicios de Iglesia y Sociedad en América Latina (ISAL), un programa estimulado y sostenido por el CMI a partir de la Conferencia Mundial sobre Iglesia y Sociedad realizado en Ginebra en 1966.
A través de la oficina para educación del CMI dirigida por el educador Paulo Freire, ISAL y la FUMEC, presidida entre 1968 y 1972 por su asesor de tesis M. Richard Shaull, Alves llegó a ser una figura bien conocida en los espacios ecuménicos. Esto culminó en 1979 con su presentación en la Conferencia sobre Iglesia y Sociedad del CMI dedicada a la fe, la ciencia, la tecnología y el futuro, llevada a cabo en el Massachusetts Institute of Technology, en Cambridge.
Al volver a Brasil, Alves trabajó como profesor universitario en campos como la teoría educativa y la filosofía constructiva. Sus textos abarcaron muchos ámbitos, incluyendo la literatura infantil. También ejerció como psicoterapeuta en su propia clínica.
La reverenda Sonia Gomes Mota, de la Iglesia Presbiteriana Unida de Brasil (IPUB), secretaria ejecutiva de la Coordinadora Ecuménica de Servicios (CESE), agencia dedicada a promover los derechos humanos, la justicia y la paz, lo conoció siendo ella muy joven y él pastor de la iglesia a la que asistía. A principios de semana, subrayó el papel de Alves en su iglesia: “Fue parte de un grupo de pastores, hombres y mujeres, que reflexionaron y se organizaron de diferentes maneras para ser una iglesia reformada. Este proceso desembocó en la organización de la IPUB, actual miembro del CMI. Con su erudición y su compromiso social y ecuménico, ayudó a redactar los documentos fundadores de dicha iglesia. No estaba interesado en ofrecer lecciones morales o en transmitir la verdad absoluta o indisputable. Como buen teólogo, filósofo y educador, le interesaba más en hacernos pensar, reflexionar y cuestionar las verdades inmutables de la teología y urgirnos para avizorar nuevas posibilidades y caminos en la experiencia de la fe. Rubem nos condujo a los desiertos y nos invitó a ser jardineros y plantadores de esperanza”.
En los últimos años, Alves mantuvo un toque pastoral y profético con la gente que encontraba, pero su relación con la religión institucional fue muy reservada. Luego de la muerte de Richard Shaull, el teólogo y mentor de su Carrera teológica en Campinas y Princeton, escribió un breve pero entrañable tributo publicado por la revista Reformed World, de la Alianza Reformada Mundial (ARM) bajo el título “Through the eyes of Dick Shaull” (A través de los ojos de Dick Shaull), en septiembre de 2006. Allí describió a su viejo amigo como un poeta y profeta que frecuentemente chocó con la gente influyente en las iglesias; escribió: “Los profetas son seres malditos”. Y concluyó su ensayo con estas palabras: “Ahora él está encantado. Partió. Por supuesto, plantaré un árbol en su honor en mi pequeño huerto, en un lugar alto, a la altura de un volcán, cerca de los árboles de otros conspiradores… En semejante silencio, cuando nadie esté cerca, los árboles dialogarán entre sí”.

Theodore Gill es editor en jefe de publicaciones del CMI en Ginebra y pastor de la Iglesia Presbiteriana de Estados Unidos (PCUSA). Para este texto recibió el apoyo de Marcelo Schneider, corresponsal del CMI para América Latina, con sede en Brasil.


Versión: L. Cervantes-Ortiz